¿Os habréis estado preguntando por qué cuando preparamos una receta de champú o una crema escogemos unos aceites esenciales y no otros?
El criterio de elección depende no sólo del tipo de cosmético o producto que vamos a preparar sino, sobretodo, del tipo de piel y del problema que queremos tratar.
Las pieles se clasifican, generalmente, en secas o grasas. Las pieles mixtas, muchas veces, son pieles normales o sensibles que no son totalmente uniformes y cuyo tratamiento ha de ser, en muchos casos, un tratamiento intermedio. Las pieles sensibles suelen ser las que más afectaciones dermatológicas sufren como la cuperosis, la dermatitis, las arañas vasculares y las manchas faciales, etc.
Cuando formulemos una crema para hidratar y nutrir la piel habremos de tener en cuenta estas características, e incluir los aceites vegetales y esenciales adecuados para tratarla.
Así, por ejemplo, si queremos elaborar una crema facial con factor de protección solar será conveniente que escojamos aceites portadores con filtros de protección biológica.
Entre los mejores aceites base para este menester, contaremos con los de: karanja, burití, el aceite macerado de urucum, y el aceite de monoï, y, en menor medida, los de sésamo, coco y oliva. Para ayudarnos a evitar las manchas y preparar nuestra piel para el sol contamos con los aceites con gran contenido de carotenoides como los de zanahoria o albaricoque.
Si, a su vez, utilizamos los aceites esenciales adecuados de manera sinérgica lograremos aumentar el factor de fotoprotección biológica exponencialmente. Por ejemplo, si combinamos el aceite portador de zanahoria con un AE de pepitas de frambuesa cuyo índice de fotoprotección es bastante alto, entonces tendremos una mezcla o “sinergia” con interesantes propiedades de fotoprotección.
PROPIEDADES COSMÉTICAS DE LOS ACEITES BASE
Los mejores aceites para tratar las pieles maduras son los de argán, rosa damascena, germen de trigo, onagra, borraja, perilla, camelina, rosa mosqueta y zanahoria.
Con los aceites de aguacate, argán y almendras trataremos, sobre todo, las pieles secas.
Si, por el contrario, nuestra piel es grasa, los mejores aceites de tratamiento serán los de jojoba, avellana, babasú, cártamo y onagra (éste último por su capacidad hormonoreguladora).
Si tenemos una piel sensible, tal vez también con problemas de cuperosis o dermatitis, será mejor que utilicemos aceite de nigella, aceite de caléndula o aceite de cáñamo.
Y si padecemos de psoriasis, el aceite de neem será nuestro mejor aliado.
Si lo que queremos es elaborar una crema de tratamiento para piernas cansadas, piel de naranja, o incluso, para mejorar la microcirculación de nuestro rostro y disminuir la visibilidad de nuestras ojeras, entonces será mejor que utilicemos el aceite de calófilo o tamanú, de reconocidas propiedades circulatorias, o también el aceite de caléndula.
La acción de estos aceites base, se verá reforzada si incluimos en nuestra receta los aceites esenciales que refuercen la acción que pretendemos conseguir.
Por ejemplo, para tratar las pieles sensibles, haremos uso de aceites como los de caléndula, cáñamo o nigella que podemos combinar con aceites esenciales como los de matricaria o camomila noble, menta, cedro, pachulí o ylang ylang. Sabemos que estos aceites esenciales, combinados con las mantecas y aceites vegetales adecuados, refuerzan su acción calmando y suavizando las pieles sensibles o afectadas de dermatitis y prúrito.
En una sinergia para tratar las pieles grasas utilizaremos, por ejemplo, un serum con aceite de jojoba y aceite esencial de romero, limón, árbol de té o lavanda.
Los OLEOGELES en los que se combina gel de aloe vera natural con aceites vegetales y aceites esenciales también son de gran ayuda para tratar las pieles grasas y para regenerar cicatrices antiestéticas, manchas y pequeñas heridas.
Si para preparar nuestro Oleogel utilizamos además aceite de rosa mosqueta, que de tod@s es conocida su capacidad regenerante de manchas y cicatrices cutáneas, entonces reforzaremos el efecto reparador del gel de aloe vera. Junto con un aceite esencial de jara, sándalo, geranio egipcio, o, incluso, lavanda, el efecto que buscamos se verá potenciado.
LAS PROPIEDADES DE LOS DIFERENTES ACEITES ESENCIALES EN COSMÉTICA NATURAL
Los principales AE para tratar la cuperosis, las arañas vasculares y el enrojecimiento facial son: helicriso, cedro, ciprés, pachulí, zanahoria y jara (cistus ladaniferus). Estos AE son a la vez reafirmantes y antiarrugas por la elasticidad que confieren a la piel.
El eucalipto radiata es un eficaz anticaspa en las preparaciones para champús.
El abeto negro (picea mariana) calma las dermatitis, al igual que la matricaria y la menta. El cedro es especialmente efectivo para tratar el eccema húmedo.
La dermatitis atópica suele acompañarse de prúrito. En lo que a los tratamientos antipruriginosis atañe, el pachulí y la menta, así como también la matricaria y la camomila noble (que es además antihistamínica y antiinflamatoria) son lo mejor. El ylang ylang también calma las dermatitis y combate el prurito asociado, además de fortalecer el cabello.
La menta también combate la pesadez de las piernas, así como el ciprés, que tiene un claro efecto circulatorio.
La lavanda, (spica y angustifolia), está más indicada para calmar las picaduras de los insectos.
La lavanda en general calma y relaja el sistema nervioso, y es a la vez cicatrizante (el mejor remedio frente a las quemaduras tanto accidentales como solares).
La lavanda, y también el lavandín, son buenos en general para limpiar la piel y combatir el acné y las espinillas.
En caso de psoriasis, el AE de mirra, combinado con un aceite portador, también es una buena elección.
El geranio egipcio (pelargonium asperum) es un buen astringente cutáneo, desintoxicante y regulador que las pieles con tendencia al acné también agradecen. Con él se preparan mascarillas faciales y purificadoras.
La jara (cistus ladaniferus) también se usa en los tratamientos reafirmantes y antiarrugas con notable éxito.
En el caso de micosis y hongos en las uñas de los pies o candidiasis (hongos) vaginales, bucales, etc. los mejores AE para tratar estos problemas son los de árbol del té y niaulí. También tratan las calenturas y herpes labiales y el acné cutáneo. El niaulí funciona de manera muy similar al árbol de té.
Con los hongos de las uñas de los pies, el AE de orégano es también especialmente efectivo.
Los AE de pomelo y limón se usan para combatir la celulitis ya que eliminan la grasa subcutánea, desintoxican y dan firmeza y elasticidad a la piel. El limón, además, blanquea los dientes.
El limón es un buen tratamiento para los cabellos y pieles grasas, al igual que el romero, y también la lavanda. Sólo hay que tener precaución con la exposición al sol pues ambos son fotosensibles.
El romero verbenona es especialmente efectivo frente a la caspa grasa y la celulitis.
El laurel es un remedio de fondo para purificar y tratar las pieles grasas y con abcesos pues posee propiedades antisépticas y antiinflamatorias. Su aroma es además delicioso.
El jazmín puede usarse en todo tipo de pieles, también en las mas delicadas ya que ayuda a calmar las irritaciones. Además de ser humectante, proporciona elasticidad a la piel. Se utiliza para mejorar el aspecto de las estrías y las cicatrices, así como del acné y las erupciones o eccemas.
La rosa damascena, aunque cara, es el mejor AE para tratar las pieles maduras.
La zanahoria (daucus carota) aclara las manchas e imperfecciones del rostro e iguala la tez.
En caso de caída capilar, los mejores AE son los de ylang ylang, abeto negro, romero y canela.
La celulitis, la piel de naranja y las ojeras debidas a la mala circulación se tratan con el aceite base de calófilo y los aceites esenciales de helicriso, romero, salvia, limón y pomelo.
En general:
Para regular las secreciones sebáceas– Geranio, lavanda y palmarosa
Con propiedades antiedad y tonificantes– Azahar, incienso y naranjo amargo
Para piel grasa y con acné – Arbol de té, cedro y romero
Esperamos que os haya gustado nuestra entrada, y que nos dejéis algún comentario.