A diferencia de la medicina convencional occidental, el Ayurveda es una filosofía de salud integral que no sólo pretende eliminar los síntomas de una enfermedad, sino que además busca equilibrar el cuerpo y la mente para evitar que surjan nuevas dolencias. Para el ayurveda, el bienestar y la ausencia de enfermedad son el estado natural de un ser en equilibrio.
Con una visión holista e integral de la salud, la medicina ayurvédica prioriza la dieta y los estilos de vida saludables como las fuentes principales de salud y bienestar. Y combina prácticas y hábitos saludables de vida con rituales des estresantes (o preventivos del estrés) de masajes, aceites naturales, tratamientos herbales, y cuidados naturales de la piel y el cabello, entre otras cosas.
La cosmética ayurvédica hace del concepto inglés de “skin food” su lema propio y desarrolla productos cosméticos que pretenden ser un alimento para la piel con amplios beneficios nutricionales pues entiende que las células de la piel se alimentan al igual que el estómago y entiende también que la piel es un órgano enorme y complejo que cumple con importantes funciones dentro del organismo humano y en el equilibrio del ser interno.
La cosmética ayurvédica no utiliza, por tanto, químicos ni conservantes. La tendencia de lo orgánico en el ayurveda comienza con la alimentación porque cuando uno se alimenta bien entiende que la piel también se nutre, y que si no quiere comer herbicidas tampoco los quiere poner en su piel. Los ayurvédicos dicen que la piel es la lengua más grande que tiene nuestro cuerpo, y que si hay algo que no podemos poner en la boca tampoco podemos ponerlo en la piel.
Es por ello que la cosmética ayurvédica es mejor para la piel y también para el planeta, al igual que ocurre con la medicina natural. Ambos conceptos son indisolubles. No se puede hacer salud o cosmética natural con prácticas que deterioran la salud medioambiental.
Así pues, la filosofía de la cosmética ayurvédica es radicalmente opuesta a la filosofía de la cosmética convencional occidental puesto que se basa en una idea de la salud también distinta que prioriza el bienestar como algo procedente del interior del ser y no como algo procedente del exterior.
Para el Ayurveda, e igualmente para el movimiento “slow”, la belleza es una cuestión de salud integral y de aceptación personal que nace de la madurez del ser.
Del diferente concepto de belleza y de salud de ambas tendencias nacen sus diferentes desarrollos y estrategias de intervención en salud natural y en cosmética.
La estrategia para lucir bellos del Ayurveda consiste en cuidarse por dentro, comer sano e hidratarse bien para lucir una piel bonita y, por supuesto, utilizar cosméticos y productos de higiene con ingredientes naturales.
La estrategia de la cosmética y la medicina convencional, que entienden la salud y la belleza como algo ajeno al ser, es por naturaleza invasiva, puesto que es una estrategia externa.
El bótox, los ácidos, y la silicona, te ayudarán a lucir mejor, sin duda, pero ¿a costa de qué? Estas estrategias minimizan el problema a corto plazo, pero, a la larga, ¿lucirá tu piel mejor por haberle puesto ácidos o por estar hidratada por dentro? Y, ¿una mujer se sentirá mejor y más bella con 50 años por llevar silicona en los labios o en los pechos o por haber aprendido a aceptarse tal como es?
DIFERENCIA ENTRE COSMÉTICA CONVENCIONAL Y COSMÉTICA AYURVÉDICA O COSMÉTICA“SLOW”
Como explicábamos en nuestra entrada sobre el movimiento de la cosmética “slow”, fundado en el 2012 por el belga Julien Kaibeck, la cosmética “slow” coincidiría casi totalmente con la cosmética ayurvédica y con esta idea “skin food” de la cosmética natural por la que evitamos untarnos en nuestra piel algo que no sea un alimento en sí mismo.
Y coincidiría con la visión de la medicina natural del ser humano como un ser conectado con el planeta cuyo equilibrio es imposible de alcanzar si intoxicamos y alteramos el medioambiente. Es por ello que la propuesta cosmética del movimiento “slow” es netamente ecológica.
Según el movimiento de cosmética natural “slow”: “Los cosméticos deben formularse y envasarse de acuerdo con las reglas de protección del medio ambiente. Los ingredientes orgánicos naturales y no procesados deben ser privilegiados en las fórmulas, excluyendo cualquier ingrediente de química sintética, petroquímica, explotación animal o cualquier otro potencialmente contaminante para el medio ambiente. Los cosméticos deben formularse, venderse y utilizarse respetando la naturaleza, los animales y los seres humanos en toda su complejidad. Condenamos los productos cosméticos que son irrespetuosos con los seres humanos, los animales o las plantas. Apoyamos los productos orgánicos certificados, pero también los productos de comercio justo y las recetas caseras”.
Al igual que la medicina occidental convencional aborda la enfermedad con tratamientos invasivos a base de fármacos y medicinas con la intención de corregir los desequilibrios y combatir un problema, la “cosmética convencional comercial” comparte esta misma filosofía y elabora productos cargados de vitaminas sintéticas, conservantes químicos, siliconas y otros ingredientes de síntesis.
Sin embargo, tengamos también cuidado con algunos cosméticos de herboristería que se suponen naturales o con algunas de esas recetas y páginas que elaboran cosmética natural cargada de vitaminas e ingredientes de síntesis que se supone optimizarán el producto final y en las que el resultado es justo el contrario al esperado. O, ¿podemos, tal vez, entender que los alimentos cargados de conservantes y estabilizantes de las estanterías de los supermercados son más saludables que las frutas y verduras frescas y orgánicas? Estos alimentos altamente procesados son, exactamente, como los cosméticos de síntesis.
Una receta de cosmética natural formulada con ingredientes naturales no necesita añadir tal o cual vitamina o tal o cual ácido porque los aceites naturales prensados en frío que contiene la receta ya cuentan con esas vitaminas y oligoelementos de manera natural. Y no necesita añadir ácidos ni conservantes raros porque el sentido de un producto cosmético natural no es almacenarlo durante meses, sino consumirlo fresco para aprovechar mejor todas sus cualidades.
Tenedlo claro, son dos conceptos y dos filosofías muy diferentes de construir salud y de hacer cosmética.
La cosmética “slow”, al igual que el ayurveda, entiende la belleza como algo natural que proviene de nuestro ser interno y entiende que es necesario reconectar con la naturaleza y aprender todo lo que tiene que ofrecernos para nuestra propia salud y belleza interna.
DIFERENCIA ENTRE LA COSMÉTICA AYURVÉDICA Y LA COSMÉTICA NATURAL CASERA
En principio, no habría diferencia alguna. Ambas comparten el mismo propósito de nutrir nuestra piel y equilibrarla con ingredientes naturales.
La filosofía del Ayurveda también se aplica a la cosmética. Este campo busca potenciar el uso de productos naturales (a base de hierbas, especias, minerales y aceites esenciales) para proteger la piel y el cabello, potenciando el bienestar general de cada persona. La cosmética Ayurvédica se basa en su relación con la madre naturaleza y con todo lo que ésta nos puede ofrecer.
Ambas comparten la idea de que las medicinas naturales y la salud natural que nos equilibra no pueden ser nocivas para el planeta. Entienden que si algo equilibra nuestro ser y nuestra piel no puede ser un producto con ingredientes tóxicos que después vayan a parar al mar y destruyan la vida acuática, como así ocurre con la medicina y la cosmética convencional.
La única diferencia estaría en que el ayurveda, con una visión integral profunda del ser humano, distingue tres tipos de metabolismo o “doshas” diferentes de los que derivan los tres tipos de pieles de los que hablamos en la cosmética occidental.
Según el Ayurveda, estamos compuestos de tres energías únicas (también llamadas Doshas): Vata (aire), Pitta (fuego) y Kapha (agua y tierra). En estado de equilibrio, las energías conviven en armonía; en desequilibro, por el contrario, generan un malestar.
Y de estos tres tipos de energías derivan los tipos de pieles que, a grandes rasgos, coincidirían en líneas generales con los tres tipos de pieles que distinguimos en nuestro contexto occidental.
Kapha se correspondería con las pieles y cabellos de tendencia grasa y acneica.
Vata con las pieles y cabellos finos de tendencia seca y deshidratada.
Pitta con las pieles y cabellos a veces mixtos, a veces irritados, hipersensibles y con tendencia reactiva.
Y, atendiendo a esta clasificación, se preparan las diferentes formulaciones para equilibrar cada tipo de piel.
Así, por ejemplo, el aceite de almendras, rosa mosqueta o sésamo son ideales para el biotipo Vata, por sus propiedades calmantes y suavizantes para pieles secas o irritadas.
El aceite de oliva o el de argán son muy beneficiosos para Pitta para nutrir y proteger la dermis de cambios externos.
Los aceites de jojoba y avellanas son perfectos para el tipo Kapha por sus propiedades sebo reguladoras e hidratantes.
Como la cosmética ayurvédica se basa en su relación con la madre naturaleza, los ingredientes utilizados en cremas, aceites o jabones provienen de plantas e ingredientes vegetales. En esta cosmética natural, nunca se trabaja con sustancias químicas que puedan tener efectos nocivos para la salud de nuestra piel. Uno de los principales ingredientes en todas las composiciones de cosmética ayurvédica son los aceites, tanto los vegetales como los esenciales. Estos, deben ser de primera calidad, teniendo en cuenta el modo de extracción (en el caso de los aceites, mediante presión en frío*), su envasado y las materias primas que los componen.
*Uno de los primeros factores que tendremos en cuenta a la hora de adquirir un aceite vegetal, será su modo de extracción. Siempre tenderemos a utilizar aceites extraídos mediante presión en frío. Con esta técnica se obtiene el aceite mediante una pasta exprimida a temperatura ambiente. Gracias a la presión en frío se conservan todas las características de la semilla o fruto del que procede el aceite.
En próximas entradas aclararemos mejor qué tipos de productos e ingredientes utiliza el ayurveda para reequilibrar los diferentes tipos de pieles.