Uno de los motivos más comunes de tener el pelo estropeado o sufrir una caída excesiva, es que mantenemos algunas prácticas nada recomendables para la salud y vitalidad de nuestro cabello. Por ejemplo, el uso frecuente de determinados productos químicos que, no sólo envenena el interior de nuestro organismo (ya que parte de esos componentes pasan a nuestro torrente sanguíneo a través de los poros capilares), sino que también debilita y quema nuestro cabello.
Muchas veces nos dejamos seducir más por la publicidad de un producto que por sus características. Os recomendamos que, a partir de ahora, baséis vuestras decisiones de compra en la cantidad de ingredientes tóxicos presentes en un producto para el cabello. Elegid aquel que sea más natural y que menos componentes químicos contenga. ¡Vuestro cabello os lo agradecerá!
Como sabéis por otras entradas, existen champús con tensioactivos más suaves que otros, por ejemplo, champús para bebés o para personas con problemas capilares y pieles atópicas. Suelen ser champús sin sulfatos y sin surfactantes agresivos como el famoso Sodium Laureth Sulfate que aparece siempre en primer lugar en las etiquetas de los champús y que se sabe que es un surfactante agresivo que nuestro organismo no puede eliminar y que, según el Colegio Americano de Toxicología, se acumula en el corazón, riñones, hígado y cerebro.
Aunque no consigáis tanta espuma, es mejor que probéis con un champú más natural de los que podéis adquirir en cualquier herboristería o tienda de productos ecológicos, y entonces experimentareis de primera mano el resultado a largo plazo.
Los productos naturales no siempre tienen un efecto tan eficaz a corto plazo. Quizá un champú natural no produzca tanta espuma como uno comercial repleto de surfactantes agresivos, quizá un acondicionador natural para el cabello no nos lo deje tan manejable como una crema acondicionadora comercial, o un tinte natural no sea tan práctico de aplicar como uno químico. Pero lo importante es que, a largo plazo, los productos naturales son mucho más beneficiosos porque no nos intoxican. Lo notareis en que vuestro cabello presenta menos caída, por ejemplo, o vuestra piel se mantiene más suave y con menos imperfecciones…
Otro cosmético repleto de tóxicos es el tinte capilar. ¿Sabías que los profesionales de la peluquería tienen muchas más probabilidades de contraer cáncer de vejiga? Pues bien, esto se debe al contacto excesivo con sustancias muy peligrosas que se encuentran, entre otros muchos otros productos, en los tintes para el cabello.
La parafenilenediamina (PPD) es uno de esos componentes y, aunque está prohibido en algunos países como Francia, Alemania o Suecia, en España, por ejemplo, no lo está. Aunque, sin duda, el compuesto más peligroso son las anilinas que, según un artículo publicado por elmundo.es, penetran en el torrente sanguíneo aumentando las probabilidades de contraer cáncer de vejiga a lo largo de los años. Los tintes que las llevan en mayor cantidad son los de colores oscuros.
Si estáis acostumbrad@s a teñiros el cabello para cubrir las canas, os aconsejamos que utilicéis henna, un tinte natural cuyo único inconveniente es su reducida carta de color, que tiende a caobas o rojizos, pero que cubre las canas perfectamente, hidratando, nutriendo, fortaleciendo y dando volumen y brillo al cabello. Notareis un cambio drástico en los porcentajes de caída capilar. Os lo podemos asegurar.
A menudo la pérdida difusa del cabello en las mujeres se debe a un trastorno temporal relacionado con el estrés o una alimentación deficiente. En estos casos la caída del cabello suele ir acompañada de otros síntomas como cansancio físico, desánimo y mala calidad del sueño.
https://www.cuerpomente.com/salud-natural/belleza-natural/evita-caida-cabello-medios-naturales_4447 ;un artículo de Claudina Navarro Walter
TODOS LOS NUTRIENTES SON NECESARIOS, PERO PARA EL CABELLO SON ESPECIALMENTE IMPORTANTES LOS SIGUIENTES:
Las proteínas en general y especialmente los aminoácidos l-lisina, l-cisteína y metionina. Para garantizar que los obtienes en cantidad suficiente consume alimentos proteicos, como legumbres y frutos secos, varias veces al día.
Las vitaminas del grupo B, que en la dieta vegetariana se hallan en las legumbres, los cereales integrales (especialmente la avena), los frutos secos y las hojas verdes.
La vitamina A, proporcionada por la zanahoria, las verduras y la mayoría de vegetales de color amarillo o naranja.
El hierro, que se encuentra en las semillas de sésamo, los garbanzos o las lentejas, alimentos que conviene consumir junto con una fuente de vitamina C para multiplicar la absorción del mineral.
El azufre es indispensable en la síntesis de queratina. Se encuentra en los cereales integrales, las coles, los puerros, los ajos y las cebollas.
El zinc es fundamental para la piel. Ayuda a controlar la caspa y la caída del pelo. Se encuentra en las semillas de calabaza, los garbanzos, los anacardos y las semillas de cáñamo.
Cuando la pérdida es evidente al peinarte o pasarte la mano por el cabello es recomendable atajar posibles deficiencias tomando alimentos con nutrientes muy concentrados, como levadura de cerveza y germinados.
Resumiendo, los minerales como el azufre, cobre, hierro, magnesio, silicio, yodo y zinc, junto a las vitaminas A, B6 y B12, proteínas, biotina y ácido fólico son los nutrientes más comunes que deben incluirse en la dieta si se quiere un cabello fuerte y con buen aspecto.
CUANDO LA CAÍDA CAPILAR ES DEBIDA A RAZONES HORMONALES
En el caso de los hombres, como sabréis, la mitad de los hombres sufren alopecia en la parte superior de la cabeza debido a factores hormonales y hereditarios. La planta Sabal serrulata puede retrasar la caída al disminuir los niveles de dihidrotestosterona en la próstata, una hormona que acorta la fase de crecimiento en el pelo. La dosis recomendada es de 160-320 mg diarios.
Para las mujeres con alopecia causada por pérdida de estrógenos se recomienda la planta dong quai y las isoflavonas de soja para regular el sistema endocrino. También es importante a la hora de evitar el exceso de caída capilar el utilizar productos lo más naturales posibles que actúen de tratamiento capilar, como el champú de café del que a continuación hablaremos o el uso de aceites esenciales, que funcionan especialmente bien cuando la caída capilar se debe a un exceso de sebo. Así, si tenemos el cabello graso podemos usar un producto específico y añadirle unas gotas de aceite esencial (romero, cedro o árbol del té) y masajearnos con él el cuero cabelludo dejando el champú actuar durante unos minutos.
CUATRO FÓRMULAS CON PLANTAS CONTRA LA CAÍDA DEL CABELLO
En esta sección hemos querido incluir tres formulaciones herbales beneficiosas para evitar la caída capilar en general:
Mascarilla de henna: El polvo de raíz de “henna neutral” (Cassia obovata) no tiñe, pero tonifica el cabello. Se aplica una mascarilla elaborada con 50 g de raíz de cassia y agua hirviendo. A la pasta se agrega una cucharada sopera de aceite de oliva.
La henna roja, que sí tiñe el cabello, comparte estas mismas propiedades por lo que la gente que en lugar de usar tinturas químicas se tiñe con henna nota una gran mejoría en este aspecto.
Tónico de palo jabón: El palo jabón (Quillaja saponaria Molina) frena la caída. Diluye tres cucharadas de palo jabón en 250 ml de agua, hiérvela durante 5 minutos y deja que se enfríe. Cuélala, hazte masaje con el agua jabonosa resultante y espera 5 minutos antes de aclarar el cabello. Realiza la aplicación cada día durante una semana y luego cada 7.
Colonia de quina roja: Macera 30 g de quina (Cinchona succirubra pavon) en 100 ml de ron durante un mes. Luego cuelalo y aplícatelo como una colonia que reforzará el cabello.
Ronkina: Este tónico está basado en dos remedios usados desde la antigüedad como son el romero y la quina. El romero es una planta aromática que estimula la circulación sanguínea, con lo que el cabello mejora su estructura capilar creciendo más fuerte y sano. Evita la caída y la rotura del pelo.
Como veíamos en el apartado anterior, la Quina, por sí sola, fortalece el cabello y previene su caída. Esta planta posee además propiedades antisépticas y cicatrizantes.
Lo que haremos será macerar estas dos plantas durante cuarenta días en una mezcla de agua purificada y alcohol de 96º. Conseguimos así rebajar un poco el alcohol y que no resulte tan agresivo para el cabello, por ejemplo, un 30% de alcohol y un 70% de agua. También es posible infusionar ambas hierbas y colarlas. Podemos guardar la infusión unos días en la nevera.
CHAMPÚ DE CAFÉ CASERO
No sé si habéis probado alguna vez los champús de tratamiento anticaída basados en cafeína. Pues bien, que sepáis que la cafeína es tremendamente efectiva a la hora de evitar el exceso de caída capilar y que además es posible, de manera muy fácil, preparar en casa un champú de café.
Y es que el exceso de grasa capilar puede ocasionar que el cabello se nos caiga más de lo normal, pero la caída capilar también puede estar causada por el uso de tinturas químicas, la carencia de minerales esenciales, o también a causa de fuertes cambios hormonales como los que ocurren durante la menopausia.
Si bien es cierto que los champús a base de romero, azufre y aceites esenciales cumplen un papel fundamental a la hora de combatir la caída capilar debida al exceso de sebo; no es menos cierto que los champús que contienen cafeína constituyen un remedio excepcional a la hora de tratar la caída capilar debida a los cambios hormonales. Si te encuentras en esta situación, no lo dudes, los champús a base de cafeína son tus mejores aliados.
CHAMPÚ NATURAL A BASE DE CAFEÍNA O CAFÉ NEGRO
¿Y por qué añadir café a nuestro champú?
- Porque mejora la circulación sanguínea del cuero cabelludo y fortalece el cabello: La cafeína se ha comprobado que aumenta la circulación sanguínea en todo el cuero cabelludo, lo que estimula los folículos pilosos y aumenta significativamente el crecimiento del cabello. Por lo tanto, agregar café molido a nuestro champú hará que nuestro cabello crezca mucho más rápido. El café contiene altos niveles de antioxidantes que se encargan de estimular la producción de células sanas en el cuero cabelludo. Además, también ayuda a proteger las células ciliadas para que los cabellos se mantengan a salvo de daños, especialmente de los rayos ultravioleta del sol. Os sugerimos que optéis por granos de café negro para obtener los máximos beneficios dado que el contenido en antioxidantes del café negro puro es mayor.
- Evita la caída frecuente del cabello: Las investigaciones han revelado que la cafeína es extremadamente eficaz para reproducir los folículos pilosos de manera saludable y fuerte. Al ser un estimulador del crecimiento del cabello, la cafeína también es buena para prevenir los problemas de caída del cabello en un período corto de tiempo. Se observa que, si el café se aplica en la cantidad adecuada, tiene el poder de penetrar profundamente en las raíces del cabello, nutrir los folículos y restaurar el crecimiento de las fibras capilares.
- El café no solo nos proporciona una melena súper brillante, sino que también hace que el cabello seco y encrespado se vuelva más suave y terso. Si estáis luchando por controlar vuestros mechones dañados y deshidratados, el uso de un champú de café casero puede ayudaros enormemente. Además, puede ayudaros a cubrir vuestras primeras canas pues el café tiene un efecto de teñido leve. Sobre todo, en la edad de las canas y de la menopausia en la que los desequilibrios hormonales y los tintes químicos aceleran la caída capilar, contar con un champú a base de cafeína es un aliado excepcional.
CÓMO AGREGAR CAFEÍNA A NUESTRO CHAMPÚ NEUTRO PARA CONVERTIRLO EN UN CHAMPÚ DE TRATAMIENTO DE LUJO
Si tenéis un cabello liso y con poco cuerpo, ésta es la mejor opción: agregar café negro a vuestro champú neutro preferido.
Para preparar una botella entera de champú y no tener que repetir el procedimiento cada vez que vayáis a lavaros el cabello, podéis hacer lo siguiente:
Necesitareis:
4 cucharadas de café bien molido
1 cucharada de canela
Media taza de champú neutro
¿Y por qué le agregamos canela?
La canela se ha comprobado que potencia los efectos de mejora de la microcirculación que presenta el café, con lo cual, la suma de ambos, ejerce un mayor efecto de prevención de la caída capilar.
Uno de los compuestos activos de la canela es muy poderoso para diluir la sangre y activar la circulación, esto es indispensable ya que se promueve un buen suministro de oxígeno en las células del todo el organismo.
PROCEDIMIENTO:
En un recipiente tipo bol agregáis las 4 cucharadas de café molido en polvo, a continuación, la cucharada de canela sin dejar de revolver muy bien.
Y, por último, le añadís la media taza de vuestro champú neutro preferido. Removéis bien hasta que la mezcla se integre y ya podéis devolverlo con un embudo a vuestra botella de champú y utilizarlo al día siguiente.
OTRA MANERA DE ELABORARLO
En lugar de café es posible utilizar una cápsula de cafeína de 1 gramo aproximadamente que mezclaremos con la cucharada de canela. Después agregaremos esta mezcla a nuestro champú neutro y ya podemos empezar a usarlo. Sin embargo, he podido comprobar personalmente que con el café negro molido funciona incluso mejor. Tal vez por la aportación de antioxidantes naturales del café negro puro.
Las siguientes opciones son más adecuadas para aquell@s que tengáis un cabello tipo afro, seco y encrespado o muy rizado porque el champú en pastilla o barra tiende a engrasar el cabello y a dejarlo plano.
Esto es muy adecuado para los fans de la técnica del co-washing porque este tipo de champú en pastilla es especialmente acondicionador. De hecho, la práctica de utilizar un acondicionador como champú (co-washing) se popularizó en Estados Unidos entre este tipo de personas con el cabello muy seco y estropeado.
Con el uso de los champús en pastilla, necesitareis utilizar al final del lavado un acondicionador ácido basado en vinagre natural de manzana para que vuestro pelo quede perfecto pues el champú en barra tiende a alcalinizarlo y a dejarlo poco suelto.
ES POSIBLE TAMBIÉN ELABORAR UNA BARRA DE JABÓN DE GLICERINA CON CAFEÍNA
La cafeína en extracto es formidable para tratar nuestro cabello y dotarlo de fuerza y brillo. Cuando la cafeína se incorpora a los tratamientos capilares, actúa directamente sobre el cuero cabelludo fortaleciendo la fibra capilar y evitando su caída.
Ingredientes:
150 grs de masa de jabón de glicerina
9 tabletas de 200 mg de cafeína pura
20 gotas de aceite esencial, de canela, por ejemplo
Es posible elaborar la masa de jabón de glicerina de manera casera según receta del blog de la bombolla de l’arc iris:
Ingredientes
45 grs de ácido esteárico
190 grs de aceite de coco
100 grs de aceite de oliva
53 grs de sosa diluidos en 113 grs de agua
PROCEDIMIENTO: Este jabón se saponifica en frío y al día siguiente se ralla.
Tras haberlo rallado, se prepara un almíbar con 100 grs de azúcar y 100 grs de agua poniendo el almíbar y el jabón rallado en una olla a fuego suave.
Todo seguido, se añaden 60 grs de glicerina y 200 grs de alcohol y se va dando vueltas y mezclando suavemente mientras se va derritiendo.
Vamos quitando la capa gruesa y blanca de jabón sin saponificar que va quedando en la superficie.
Una vez derretido y clarito, se pone en un molde y se deja enfriar. Si le cuesta coger dureza se puede dejar un rato en la nevera vigilando que no enfríe en exceso y se endurezca demasiado.
Queda un jabón del tipo glicerina transparente y clarito.
JABÓN DE CAFÉ NEGRO POR EL MÉTODO TRADICIONAL DE SAPONIFICACIÓN EN FRÍO
Ingredientes para un sobre engrasado alto al 12%
365 grs de aceite de oliva (42%)
232 grs de aceite de coco (25%)
232 grs de aceite de palma ecológico* (25%)
48 grs de manteca de karité (5%)
Una cucharada de cera de abejas
60 grs de café molido
270 grs de agua destilada
118 grs de sosa cáustica
Una cucharada de arcilla, preferiblemente roja y
Una cucharada de canela*
CONSEJOS: Necesitareis un molde de silicona de un litro aproximadamente.
*La canela nos ayudará, por una parte, a darle un mejor aroma a nuestro jabón y, por otra, a facilitar la penetración de la cafeína en el cuero cabelludo durante el lavado.
*La grasa de palma, si no la podemos encontrar de cultivo sostenible, podemos sustituirla por sebo de cerdo o de vaca, cuyas grasas saturadas también son muy útiles para endurecer el jabón y dotarlo de propiedades de lavado (tampoco es una alternativa muy sostenible, pero es una manera de aprovechar todas las partes de un animal que de todos modos ha sido sacrificado). La única otra alternativa posible sería utilizar aceite de ricino dado que lo vamos a utilizar como champú para el cabello y el ricino es muy adecuado como agente de lavado capilar.
INSTRUCCIONES:
Antes, debemos preparar la solución de lejía. Para este proyecto utilizaremos media parte de café y media parte de agua. Prepararemos el café con agua destilada. Cuanto más fuerte sea el café, más oscura será la masa de jabón.
Mediremos 60 gramos de café molido y añadiremos 270 gramos de agua destilada al café, que debe enfriarse a temperatura ambiente antes de continuar. Una vez que la lejía (el agua junto con el café molido y la sosa) esté a temperatura ambiente añadiremos ésta removiendo suavemente hasta que se disuelva completamente. La mezcla produce un olor espantoso, por lo que aconsejamos que la preparéis en el balcón o terraza. Pero no os preocupéis que una vez que el jabón se seca ya no huele mal y mucho menos si habéis puesto la cucharada de canela. De nuevo, dejadlo enfriar a temperatura ambiente.
Anteriormente también habremos fundido la cera de abejas y las mantecas de palma, karité y coco a las que añadiremos, una vez fundido, el aceite de oliva.
Una vez se derriten todos los aceites y las mantecas, lo dejamos enfriar. Cuando la temperatura de los aceites sea inferior a 30 grados podremos añadir la lejía (mezcla de sosa, agua y café) a la mezcla de los aceites y empezar a batir hasta que lleguemos a la “traza” (o punto de natillas)
Ahora que el jabón empieza a trazar añadiremos la arcilla y la canela y seguiremos batiendo hasta que nuestra masa esté bien trazada y se hayan incorporado todos los elementos.
Ahora verteremos la masa de jabón en el molde. Sacudid el molde un poquito para eliminar las burbujas posibles.
Dejaremos el jabón en el molde durante unos dos o tres días bien cubierto para que no se corte el proceso de saponificación.
Ya podemos desmoldarlo y cortarlo en barras. Será necesario que las barras se sequen durante cuatro o seis semanas antes de poder utilizarlo para optimizar su ph y evitar que queden trazas de sosa cáustica.