Hemos querido comenzar nuestro artículo sobre protectores solares naturales con esta cita del libro “The Coconut Oil Miracle” para ilustrar el concepto que queremos introducir a continuación de los aceites vegetales vírgenes y su índice de protección solar.
“Los polinesios, que tradicionalmente llevan muy poca ropa, han estado expuestos durante generaciones al sol abrasador y, sin embargo, tienen una piel hermosa y sana, sin manchas y sin cáncer. La razón es que comen coco y usan el aceite en el cuerpo como loción. El aceite se absorbe en la piel y en la estructura celular de los tejidos conjuntivos, limitando el daño que puede causar la exposición excesiva al sol. Su piel permanece intacta incluso cuando se expone al sol durante largas horas. Tanto si se aplica tópicamente como si se toma internamente, el aceite de coco ayuda a mantener la piel joven, sana y libre de enfermedades.” – Bruce Fife, del libro El milagro del aceite de coco
Al parecer, el aceite de coco obra maravillas dado que no sólo rejuvenece el cuerpo y fortalece el sistema inmunitario, sino que es además antibacteriano, antifúngico, antivírico, y según algunas fuentes, incluso medicina para el cáncer.
Sin embargo, los que no os podéis pasar el día en la Polinesia consumiendo este aceite de coco y sus derivados, es posible que necesitéis algunas indicaciones acerca de cómo protegeros de manera natural del sol del verano.
Siempre considerando que todo este tipo de cremas, aceites y lociones que podamos elaborar de manera natural, nunca pueden ser una licencia para permanecer al sol durante horas sin quemarse.
Mantenerse alejados del sol entre las 12 y las 15 horas y buscar la sombra será la medida de protección solar ecológica más importante a tener en cuenta.
POR QUÉ CONVIENE EVITAR LAS CREMAS SOLARES COMERCIALES BASADAS EN FILTROS QUÍMICOS
Como sabéis, el enfoque de este blog es el de una cosmética natural saludable, basada en un estilo de vida saludable. En esta línea, nuestros artículos intentan difundir una cosmética natural casera especialmente diseñada para cuidar de las pieles más sensibles.
En general, las cremas solares elaboradas a partir de filtros químicos son menos recomendables que las que se basan en filtros minerales para bloquear la radiación solar dañina. Y, después de revisar muchos estudios y páginas, podemos concluir que las cremas solares basadas en filtros de derivados de las benzofenonas, como la oxybenzona, son las primeras que conviene descartar pues no sólo dañan los arrecifes coralinos y la vida marina, sino que también suponen un peligro para nuestro organismo.
Basta una sola aplicación en el cuerpo de un protector solar comercial con filtros químicos para que éstos se absorban en la piel y alcancen la circulación sistémica en cantidades apreciables. Y el problema más grave es que no sólo alcanzan nuestra sangre, sino también la de los fetos de las embarazadas:
– Se ha encontrado benzofenona en el 17% de las sangres de cordones umbilicales.
– También el 30% de los meconios de los recién nacidos.
– En el 75% de las leches de madres que amamantan.
– Y también hay benzofenonas en la orina de los adolescentes.
Las consecuencias más directas están relacionadas con alteraciones hormonales del ciclo menstrual y mayor riesgo de fibromas uterinos y endometriosis. Aunque también, en general, alteraciones estrogénicas, tiroideas y disminución de la fertilidad.
LA PRINCIPAL DESVENTAJA DE LAS CREMAS SOLARES
Aunque, sin duda, la principal desventaja del uso de cremas solares comerciales basadas en filtros químicos es que no sólo bloquean los dañinos rayos UV, sino también la absorción de vitamina D por la piel, tan beneficiosa y tan necesaria.
Y es que el sol en invierno es hasta antidepresivo. Y, aparte del efecto bronceado, la exposición a la luz solar, como decíamos, es necesaria para la síntesis de la vitamina D que se sabe que contribuye en la ejecución de múltiples funciones fisiológicas en el cuerpo humano.
Basta con leer este informe sobre “sunbathing” (exposición solar) en el Reino Unido.
En nuestras sociedades post-industriales actuales, en las que la mayoría de la población trabaja en oficinas o en el sector servicios, la vitamina D se ha detectado como un déficit generalizado, incluso en los niños de corta edad.
Según datos de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), un 40% de la población menor a 65 años y más del 80% de los mayores de 65 tienen baja concentración de vitamina D.
Y esto, en un país como España, con tantas horas de sol al año, es cuando menos alarmante.
De acuerdo con la SEEN, los niños y los adultos necesitan una exposición mínima de piel descubierta (y sin protector solar) a la luz del sol, por lo que se recomienda, en invierno, exponer cara y brazos o brazos y piernas tres veces por semana durante veinte o treinta minutos. Y esto es así porque entre el 80 y el 90% de esta vitamina es generada por el propio cuerpo gracias a la exposición solar, y sólo el 10 o el 20% restante proviene de los alimentos ingeridos.
La vitamina D ayuda al cuerpo a absorber el calcio, uno de los principales componentes de los huesos. Además, juega un rol importante en el sistema nervioso, en la fertilidad y en el desarrollo muscular e inmunitario. Su falta puede provocar pérdida de densidad ósea, lo que puede derivar en osteoporosis. Por otra parte, se está investigando una posible relación entre la falta de esta vitamina y el aumento de las posibilidades de padecer hipertensión, diabetes, cáncer y enfermedades autoinmunes.
LOS FACTORES DE PROTECCIÓN SOLAR DE LOS ACEITES VEGETALES
Mucho se ha hablado en diversas páginas de los factores de protección solar de los aceites vegetales. Se viene diciendo desde hace tiempo que el aceite de semillas de frambuesa funciona muy bien como producto de protección solar. Y se dice que está bien frotarse con algunos aceites vírgenes porque estos productos tienen un factor de protección solar natural. Sin embargo, se han realizado varios estudios al respecto, y si bien es cierto que algunos aceites ofrecen un cierto factor de protección solar, es, en cualquier caso, demasiado bajo (entre 5 y 8) como para sentirse seguros en un día de exposición solar prolongada.
Merece la pena mencionar el aceite de semilla de zanahoria, del que circulan muchos artículos en Internet sobre su supuesto factor FPS natural. Sin embargo, el aceite de semilla de zanahoria es un aceite esencial elaborado a partir de las semillas de la zanahoria. Este aceite esencial de semillas de zanahoria sólo puede utilizarse diluido sobre la piel. Por lo tanto, el FPS del aceite de semilla de zanahoria, probablemente, no sea tan elevado como se afirma (a menudo se menciona un FPS de hasta 40), sino que el FPS del aceite de semilla de zanahoria, una vez diluido, será de entre 1 y 3 aproximadamente.
Y, aunque desafortunadamente, los aceites vírgenes de primera presión en frío no sirven como factores de protección solar, sí es posible utilizar una combinación de filtros minerales (el óxido de zinc y el dióxido de titanio) que, unidos, ofrecen un factor de protección solar (FPS) bastante elevado, entre 30-40
https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0020169306000259
“Los compuestos minerales como el TiO2 y el ZnO se utilizan mucho en cosméticos como bases, polvos, sombras de ojos y lápices. De hecho, ya en 1952 se mencionó el dióxido de titanio (TiO2) como agente de protección solar [3]. La característica requerida de los filtros solares inorgánicos es la de tamizar/bloquear la luz UV en todo el rango UVA/UVB (290-400 nm) mediante propiedades de absorción, dispersión y reflexión que, a su vez, vienen determinadas por el índice de refracción intrínseco, el tamaño de las partículas, la dispersión en la base de emulsión y el grosor de la película. La capacidad de algunos minerales para actuar como los denominados filtros físicos en lociones de protección solar viene determinada por dos características principales: la propiedad de absorción/esparcimiento del filtro inorgánico y su aceptabilidad cosmética.
Sin embargo, un filtro solar mineral inorgánico que funciona bien reflejando la luz tiende a ser opaco y blanco sobre la piel y, en consecuencia, es inaceptable para uso cosmético.
Una tendencia en protección solar es el uso creciente de filtros UV inorgánicos, especialmente en productos solares para niños y personas con piel sensible. Este mayor uso de filtros solares UV inorgánicos se debe en parte a su bajo potencial para producir reacciones irritantes, y en parte a su eficacia cosmética. Los químicos cosméticos han formulado productos con un FPS elevado utilizando únicamente dióxido de titanio”.
¿Os suena esta tabla de las muchas que circulan por internet sobre el FPS, factor de protección solar de los aceites vegetales?
Aceites naturales | FPS natural |
Aceite de semillas de frambuesa | FPS 28-45 |
Aceite de germen de trigo | FPS 20-22 |
Aceite de Tamanú | FPS 18-22 |
Aceite de semilla de tomate | FPS 14-15 |
Aceite de aguacate | FPS 10-15 |
Aceite de coco | FPS 6-8 |
Manteca de karité | FPS 5 |
Aceite de jojoba | FPS 4-5 |
Aceite de almendras | FPS 4-5 |
Sin embargo, encontramos un estudio en el que se probaron varios aceites, y se concluyó que el aceite de oliva virgen era el que poseía el factor UV más elevado, concretamente un valor FPS de 7’5. Y el aceite de coco, que tiene un valor FPS de 7’1, quedaba en segundo lugar según estos mismos investigadores.
Y por eso seguimos investigando hasta dar con este estudio que muestra, claramente, lo inflados que están los FPS (factores de protección solar) de los aceites vegetales, como el de semillas de frambuesa o el de germen de trigo, cuando se ha visto que el aceite de Tamanú, que tiene un índice superior de protección, aún tampoco alcanza el FPS 12.
“In vitro sun protection factor determination of herbal oils used in cosmetics”: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3140123/
El aceite de Tamanú o aceite de calófilo tiene, según un estudio aparte, el factor de protección más alto, en concreto un SPF de 11.2. Todavía lejos del FPS 18-22 de la primera tabla.
“The real UVB photoprotective efficacy of vegetable oils: in vitro and in vivo studies”: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33721242/
El aceite de Tamanú se origina a partir de una nuez cultivada en el árbol Ati en el Pacífico Sur llamada nuez de tamanú. Rico en Omega 6 y 9 consigue reducir las ojeras con un largo masaje. Este aceite es además extraordinario en el proceso de cicatrización pues tiene la capacidad de estimular la generación de nuevos tejidos, acelerar la cicatrización de heridas y estimular el crecimiento de células sanas en la piel.
Por todo ello, se utiliza entre otras cosas para tratar el acné, las estrías y cicatrices, las erupciones cutáneas y la urticaria, la rosácea, las venas varicosas, el eccema y la psoriasis, debido a su capacidad antiinflamatoria.
En otro estudio, a modo de referencia, encontramos los siguientes valores FPS:
Aceite de coco: 8.
Aceite de oliva: 8.
Aceite de menta: 7 (se refiere a un aceite esencial, no a un aceite portador como los de coco u oliva).
Aceite de lavanda: 6 (aceite esencial).
Aceite de almendras: 5.
Después de ver esta tabla, se entiende mejor la cita del principio sobre las propiedades protectoras solares del aceite de coco, y se entiende también el estudio que apunta a los aceites de coco y oliva virgen como los aceites con mayor factor de protección solar que, aun así, presentan índices demasiado bajos, (entre 7-8), como para ser utilizados de manera exclusiva como aceites de protección.
LOS CONSEJOS DE LOS INFLUENCERS
Y es que internet está plagado de blogs con buenas intenciones, en la mayoría de los casos, pero con grandes dosis de desinformación.
Muchas veces los copywriters, que de eso se trata su trabajo en parte, de copiar, funcionan copiando la información de unos blogs y trasladándola a otros y así se va generando y perpetuando el círculo de la desinformación.
Y como al final muchos blogs creados según esta estrategia acaban diciendo lo mismo, nosotros, los surferos de internet, acabamos creyendo que si todos lo dicen debe ser cierto.
¿Habeis leído con frecuencia este tipo de comentarios?
“Con respecto al dióxido de titanio que es un filtro mineral muy empleado en la cosmética natural y ecológica hay sospechas sobre su toxicidad. Se ha comprobado que es cancerígeno al ser inhalado y algunas investigaciones han detectado que genera radicales libres y puede provocar quemaduras”.
Esta bloguera incidía en el hecho de que ella sólo utiliza óxido de zinc como filtro mineral en sus recetas porque el dióxido de titanio puede ser peligroso al inhalarse, sin embargo, obvia o desconoce el hecho de que puede ocurrir exactamente lo mismo cuando se inhala el óxido de zinc.
Sobre las nanopartículas también se habla de su peligrosidad, que, en parte, es cierta. Esto es lo que dice el informe Nivea sobre el dióxido de titanio:
“Tradicionalmente, los filtros UV se clasifican en químicos o físicos. Se supone que la gran diferencia estriba en que los agentes químicos absorben la luz UV, mientras que los físicos la reflejan como un puñado de miniparaguas sobre la piel. Aunque esta categorización es fácil y lógica, resulta que no es cierta. Un estudio reciente de 2016 demuestra que los filtros solares inorgánicos funcionan principalmente por absorción, al igual que los filtros químicos, y solo un poco por reflexión (reflejan la luz en el espectro visible, pero absorben principalmente en el espectro UV).
De todos modos, no importa si refleja o absorbe, el dióxido de titanio es un agente de protección solar bastante impresionante por dos razones principales: proporciona una buena cobertura de amplio espectro y es muy estable. Su protección es muy buena entre 290 y 350 nm (rango UVB y UVA II), y menos buena entre 350 y 400 nm (UVA I). El dióxido de titanio de tamaño normal también tiene un perfil de seguridad excelente, no irrita y está prácticamente libre de cualquier problema de salud (como los problemas de efecto estrogénico de algunos filtros químicos)”.
Y siguiendo con su discurso, esta bloguera aduce que “cuanto más pequeña la nanopartícula más posibilidades de que penetre en nuestro organismo y llegue al torrente sanguíneo. Y también añade que causan daño celular, cáncer y trastornos de la reproducción. Mi consejo es que no utilices protectores solares con nanopartículas”.
Por nuestra parte, podemos decir que si algo hay de cierto en todo este debate sobre las nanopartículas, en el caso del óxido de zinc se ha visto que aún cuando pudiera ser absorbido que, como se desprende del informe Nivea, parece que en parte así es, ni tan siquiera es dañino. Más bien al contrario, y esa es la razón por la que es tan popular en las cremas para evitar las rojeces del pañal en los culitos de los bebés.
Y, en el caso del dióxido de titanio, es totalmente seguro en su aplicación dérmica como se desprende del informe elaborado por la Comisión Europea.
Prescripciones de la Comisión Europea:
“El riesgo de irritación cutánea u ocular (reacciones dolorosas como el eccema) de las nanopartículas de dióxido de titanio es muy bajo. Y aunque algunas pruebas científicas sugieren que los nanomateriales de dióxido de titanio, si penetran en el organismo, pueden causar daños al material genético de las células, por otra parte, es poco probable que se produzcan tales efectos con la aplicación dérmica”.
https://ec.europa.eu/health/scientific_committees/docs/citizens_titaniumnano_en.pdf
Y, por si nos queda alguna duda, en cosmética natural no disponemos de dióxido de titanio en forma de nanopartículas y, la prueba de ello, es que se utiliza para elaborar maquillajes debido a su poder cubriente y, en las cremas solares es patente el efecto velo blanco que su utilización produce.
Por tanto, el dióxido de titanio que nos venden para las bases de maquillaje y demás funciones es totalmente seguro, la opacidad que aporta es la prueba de ello.
Un informe de la revista europea de dermatología y veneorología asegura que las nanopartículas de dióxido de titanio apenas tienen penetración dérmica.
“The safety assessment is based on the current scientific knowledge, which shows that neither titanium dioxide in nano form nor in non-nano form penetrates through the skin”.
https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/jdv.15943
“En 2013-2014, el CCSC analizó en detalle más de 20 estudios sobre la penetración dérmica de nano-TiO2 en piel sana, realizados in vitro, ex vivo o in vivo, tanto en animales como en seres humanos. Según la mayoría de ellos, el nano-TiO2 suele permanecer en la piel tras la aplicación de una formulación de protección solar; solo es probable que una pequeña proporción de las nanopartículas penetre a mayor profundidad en el estrato córneo, y no alcanzan las células viables de la epidermis o la dermis. La limitada penetración cutánea de las nanopartículas de TiO2 en el estrato córneo ha sido confirmada en su mayor parte por la bibliografía actualizada”.
Es más, el dióxido de titanio no sólo se utiliza en los fotoprotectores solares, sino también en un gran número de otros productos, incluso alimentos (E171), pasta de dientes (es un blanqueante) y medicinas, con los que estamos continuamente en contacto, sin que al parecer hasta ahora haya causado problemas de salud algunos.
https://nanopartikel.info/en/knowledge/materials/zinc-oxide
“Para llevar una vida sana, un ser humano necesita entre 12 y 15 mg de zinc al día, que obtiene de la dieta. En la mayoría de los casos, el zinc se absorbe en forma de óxido de zinc procedente de fuentes alimentarias naturales que luego se disuelve en el organismo liberando iones de zinc. Las nanopartículas de óxido de zinc también se utilizan en productos cosméticos como filtro mineral contra los rayos UV. La absorción dérmica de iones de zinc disueltos puede producirse, pero no tiene efectos nocivos potenciales, ya que la piel necesita mucho zinc para su propio metabolismo. La mayor parte del zinc que absorbemos procede de fuentes naturales presentes en los alimentos.
SIGUIENDO CON LOS ACEITES VEGETALES DE PRIMERA PRESIÓN EN FRÍO:
Lo que sí proporcionan todos estos aceites y los extractos vegetales en general, sin duda, es una mayor protección de la piel frente al sol a la hora de evitar los efectos de la radiación solar como el envejecimiento cutáneo, la sequedad y la falta de elasticidad, pues la mayoría de estos aceites vírgenes de calidad están cargados de antioxidantes y factores emolientes que nutren nuestra piel evitando así los efectos dañinos del sol del verano.
Fijaos en lo que expone este artículo de “sciencedirect” sobre el uso de extractos vegetales en la composición de las cremas solares, en concreto, en este caso, extracto de guayaba:
https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1011134419306815
“El cribado fitoquímico reveló la presencia de flavonoides y taninos y la ausencia de cumarinas. Aunque el extracto de Psidium guajava mostró un valor de factor de protección solar (FPS) bajo (1,0), mejoró en cerca de un 134% el resultado fotoprotector (8,1) de la formulación al 7,5% de 2-etil-hexil metoxicinamato. Por lo tanto, la suplementación de extracto de fruta de guayaba en la formulación muestra el potencial de reducir el uso de fotoprotectores sintéticos en aproximadamente un 78,9% del total de filtros orgánicos sintéticos utilizados para alcanzar el valor SPF de 18. Así, la crema solar suplementada con extracto de guayaba-fruta muestra el potencial de minimizar el riesgo de toxicidad de los agentes sintéticos, y una reducción del 65,8% en el coste de producción de la crema solar.”
Este tipo de sinergias que se producen cuando logramos una composición balanceada e idónea en la composición de un producto sería lo que tal vez explica, en parte, el éxito de los productos solares a base de aceite de coco y el delicioso aroma de las flores de Tiaré maceradas de los que hablábamos al principio de nuestro artículo.
RESUMIENDO
La mejor protección solar y también la más ecológica 😊es evitar las horas centrales del día y cubrirse cuando vayamos a estar expuestos.
Y si vamos a utilizar un protector solar porque, por ejemplo, vamos a la playa y no podemos evitar exponernos al sol, entonces la mejor opción es utilizar un protector solar (reef safe) es decir, sin filtros químicos como la oxibenzona o el octinoxato.
Los protectores solares minerales que utilizan dióxido de titanio u óxido de zinc pueden ser una buena opción, pero que sepamos que nada es totalmente “seguro para el arrecife”, ya que los científicos amplían continuamente nuestros conocimientos sobre la toxicidad de los protectores solares. Incluso los protectores solares minerales comerciales tienen aditivos y recubrimientos, y muchos utilizan ahora partículas minerales de tamaño nanométrico (nanopartículas) para disminuir el tono blanco que queda en la piel cuando se aplican.
Cualquiera de estos cambios puede alterar la toxicidad de un protector solar mineral. Por supuesto, la mejor oportunidad que tienen los arrecifes de coral de sobrevivir es frenar el avance del cambio climático, por lo que elegir un destino de viaje local, en lugar de un largo vuelo internacional que consume mucho keroseno, sería la opción más respetuosa con los arrecifes.
Como siempre decimos, lo que le sienta bien a nuestra piel le sentará también bien al planeta, y a la inversa, pues unos y otros estamos compuestos de la misma materia orgánica.
Somos uno con el planeta como ya intuían hace siglos los nativos americanos u, hoy en día la física cuántica, en su concepto del entrelazamiento cuántico: “Somos un todo y todo está interconectado. De hecho, la física cuántica ha demostrado que nuestros más pequeños componentes se comunican entre sí con el resto del universo al mismo tiempo. Es el fenómeno del entrelazamiento cuántico”.
Y de esta forma de pensar nuestra o de esta filosofía ecologista proceden todas nuestras advertencias, en diferentes posts, sobre la biodisponibilidad de un producto o crema para poder valorar los resultados de su aplicación en nuestra rutina higiénica diaria, etc, etc…
Así pues, a diferencia de los protectores solares típicos, os recomendamos los aceites vegetales y, especialmente, los aceites vegetales levemente ozonizados (food grade) que ayudan a nuestra piel a mantenerse hidratada mientras tomamos baños de sol pues sus ácidos grasos naturales garantizan que nuestra piel permanezca hidratada en todo momento, incluso horas después de su aplicación. Ayudan a evitar que la piel se reseque y se arrugue y consiguen un aspecto bronceado más brillante porque la textura de nuestra piel no se resiente.
Un aceite vegetal levemente ozonizado con un 10% de óxido de zinc (así de simple) se convierte en una leche solar fotoprotectora super emoliente y regeneradora (gracias al ozono) siempre que la usemos adecuadamente, es decir, evitando las horas centrales del día.
RECETAS DE PROTECTORES SOLARES ECOLÓGICOS CON FILTROS MINERALES
En este apartado hemos intentado presentar tres recetas de protectores de elaboración sencilla, pero eficaces.
LOCIÓN FOTOPROTECTORA SOLAR con SPF 20-30
Tan simple de elaborar que no podrás creer que te protege en un porcentaje entre veinte y treinta veces superior al de una exposición solar directa.
Ingredientes para un envase de unos 100 ml:
Utilizaremos preferentemente un envase de vidrio con un cabezal tipo bomba dosificadora para lociones.
Para un envase de 100 ml utilizaremos unos 90 ml de aceite de oliva extra virgen, mejor aún si disponemos de una versión de aceite virgen de oliva levemente ozonizado. Como sabeis, el índice de protección zolar de los aceites ozonizados es todavía un poco mayor que el mismo aceite sin ozonizar, con la cualidad extra que aportan de unificar el tono de la piel tras la exposición solar.
Particularmente, lo preparamos con un aparato ozonizador del amazon que cuesta menos de 50 euros y funciona a la perfección.
*Hemos decidido utilizar aceite de oliva de primera presión en frío porque, como sabeis por el estudio del que hablábamos, el aceite de oliva tiene, por sí solo, un índice de protección solar químico natural aproximado de 8 y al ozonizarlo es incluso algo superior.
Y emplearemos un 10% de esta cantidad de aceite, en óxido de zinc. Por ejemplo, en este caso, emplearemos unos 10 grs de óxido de zinc.
Opcionalmente, agregaremos unas gotitas de alguno de los aceites esenciales con un índice más alto de protección solar que, como sabemos, son la menta y la lavanda.
PROCEDIMIENTO:
Previamente, moleremos el óxido de zinc en polvo en un mortero cerámico para que nos quede un polvo lo más fino posible y podamos evitar así los grumos.
Pondremos el aceite de oliva al baño maría procurando que no se caliente más allá de unos 70 grados, para que no pierda propiedades.
A continuación le agregaremos el óxido de zinc removiendo continuamente hasta que quede completamente integrado en el aceite.
Opcionalmente, le añadiremos unos gotitas de uno de los aceites esenciales con mayor índice de protección solar, o bien lavanda, o bien menta, o bien una combinación de ambos.
Ya podemos envasar y empezar a utilizar nuestra loción sobre la piel para protegernos del sol.
USO: Puesto que esta loción fotoprotectora no contiene agua, no es posible utilizar un emulsionante para integrar por completo el polvo de óxido de zinc en nuestro aceite de oliva.
Por ello, la mejor solución es agitar bien nuestro envase de loción antes de cada uso. Conviene siempre que lo hagamos varias veces durante el transcurso de las horas de exposición, sobretodo si entramos a la playa o la piscina, pues el agua arrastrará parte de nuestra loción fotoprotectora.
Con estas precauciones, evitaremos quemarnos obteniendo así una fotoprotección entre 20 y 30 veces superior a la exposición solar nuda. Podemos decir pues que el FPS de nuestra loción solar es de entre 20 y 30.
Por otra parte, al no llevar agua, nos evitamos el tener que usar conservantes y nuestra loción se mantendrá en perfectas condiciones a pesar de las intensas horas de sol de un día de playa.
CREMA PROTECTORA SOLAR CON UN FACTOR SPF 30
A continuación, os aportamos una receta natural casera que incluye filtros minerales de óxido de zinc y dióxido de titanio, combinados con aceites vegetales y cera de abejas, pues se ha visto que la cera de abejas, junto con el aceite y los óxidos, genera una sinergia muy efectiva de cara a la estabilidad del conjunto de nuestra crema solar.
¿QUÉ ELEMENTOS SON NECESARIOS EN UNA CREMA SOLAR PROTECTORA CASERA?
Para elaborar nuestro propio protector solar, necesitamos de cuatro elementos básicos:
1.- Una cera (de abejas o vegetal) para la conservación y la acción impermeable.
2.- Una manteca para una consistencia agradable y emoliente.
3.- Un aceite vegetal virgen para un factor de protección solar natural, preferentemente aceite de coco u oliva, o incluso tamanú si disponemos de él, pues como hemos visto tienen un FPS más alto que otros aceites.
4.- Y los filtros minerales de óxido de zinc y dióxido de titanio para la protección contra los rayos solares, en proporción de 2 partes de óxido de zinc por una parte de dióxido de titanio.
Aunque mucha gente solo utiliza el óxido de zinc y está bien, la combinación de ambos ofrece un espectro de protección más amplio.
Extras opcionales: aceites esenciales para un perfume y una protección natural, y vitamina E para una mayor duración.
CREMA PROTECTORA SOLAR CON UN FACTOR SPF 30
Como decíamos, si combináis los filtros minerales de óxido de zinc y dióxido de titanio podéis conseguir una crema con un factor de protección solar equiparable al de una crema comercial y sin los inconvenientes para la piel de las cremas solares basadas en filtros químicos.
Esta crema es susceptible de ser envasada en un tubo de silicona de los de viaje. De esta manera os la podéis llevar tranquilamente en el neceser cuando emprendáis un viaje en verano. Si repartís esta cantidad en dos tarritos de capacidad inferior a 100 ml, os la podéis llevar de vacaciones en el avión.
Ingredientes para un envase de unos 150 ml de producto:
50 grs de aceite de coco, con SPF 7, o aceite natural de monoï de Tahití.
20 grs de aceite de aceite de tamanú con SPF de 11, sustituible por aceite de aguacate o nuez.
50 grs de manteca de karité, emoliente y dermoprotectora.
3’5 grs de cera de abejas.
2 cucharadas de óxido de zinc, (como unos 15 grs) filtro mineral de pantalla.
1 cucharada de dióxido de titanio, (como unos 8 grs) filtro mineral.
Una cucharadita de tierra de diatomeas* (unos 5 grs) de grado comestible.
Opcionalmente, unas gotitas de vitamina E y de aceite de semillas de zanahoria o extracto C02 de coco, para aportar vitaminas y un aroma agradable.
Sin embargo, si habéis utilizado aceite de monoï de Tahití, que es totalmente natural y tiene un aroma excelente debido a que ha sido macerado con flores de Tiaré, no necesitareis añadirle ningún otro tipo de aromas. Además, la sinergia con el macerado de flores de Tiaré le aporta propiedades extra de protección.
EXPLICACIÓN DE LOS COMPONENTES
Si queréis utilizar aceite de monoï de Tahití natural, podréis encontrarlo en algunas tiendas online como éstas:
https://www.jabonariumshop.com/monoi-de-tahiti-organico-ecocert;
Este aceite natural basado en la maceración de las flores de Tiaré de Tahití aporta un aroma estupendo a nuestra preparación solar sin causarle los problemas e irritaciones que a veces los AE pueden causar.
*La tierra de diatomeas (food grade) es, en general, muy buena para la piel; pero ésta no la razón principal por la que la incluimos en la receta, sino porque esponja y desapelmaza la mezcla de filtros minerales con las mantecas y facilita así que luego nos podamos aplicar la crema solar.
PROCEDIMIENTO DE ELABORACIÓN:
Previamente, pesaremos todos los ingredientes y moleremos bien los filtros minerales junto con la tierra de diatomeas en un molinillo cerámico para, posteriormente, facilitar su absorción en los aceites y evitar así los grumos.
A continuación, pondremos la cera de abejas, la manteca y los aceites al baño maría hasta que estén derretidos.
En este momento incorporaremos los filtros minerales y la tierra de diatomeas, sin dejar de remover, para que se integren por completo en los aceites.
Por último, y si así lo hemos elegido, retiraremos del fuego y agregaremos las gotitas de vitamina E y el extracto C02 de coco o el aceite de semillas de zanahoria.
Envasaremos y dejaremos enfriar a temperatura ambiente.
Esta crema, al aplicarla sobre la piel, os dejará un velo blanco que es perfectamente normal dado que los filtros minerales de su composición no se absorben, sino que básicamente actúan como pantalla solar, de ahí que sean mucho menos tóxicos para nuestra piel que los filtros químicos comerciales.
CREMA SOLAR CON FPS 30-40
El grado de protección más alto de esta segunda receta en crema se debe a la mayor cantidad de filtros minerales que hemos utilizado.
Ingredientes para un envase de unos 200 ml:
40 gramos de aceite de coco
40 gramos de manteca de karité
10 gramos de cera de abejas
45 ml de aceite de aguacate o, mejor aún, de tamanú también llamado calófilo.
20 grs de óxido de zinc
15 grs de óxido de titanio
5 grs de tierra de diatomeas
Opcional: unas gotitas de algún aceite esencial fotoprotector como la lavanda, menta, helicriso o semillas de zanahoria.
Necesitaremos un tarrito de cristal de unos 200 ml de capacidad si lo vamos a mantener en casa o en el frigorífico durante un tiempo, y si vamos a utilizarlo en breve podemos envasar la crema en tubitos de silicona de viaje, como éstos, que hacen muy fácil su transporte y posterior aplicación.
Método de preparación:
Derretiremos la cera de abejas y el aceite de coco al baño maría. A continuación, incorporaremos la manteca de karité y el aceite de tamanú.
Cuando todo esté derretido, añadiremos la mezcla de tierra de diatomeas junto con los óxidos minerales sin dejar de batir para que todos los componentes se integren bien.
Finalmente, añadiremos las gotitas de aceite esencial si así lo hemos decidido.
Verteremos la mezcla en un tarro de vidrio y la dejaremos enfriar. Si os vais a llevas el protector solar a la playa estará más líquido. Es mejor que lo envaséis pues en un tubo de silicona para facilitar su aplicación.
Recordad tan solo que estas cremas no son una licencia para permanecer al sol durante horas. Y que, como con todas las cremas solares, conviene re-aplicarlas pasado cierto tiempo.
MÁS BIBLIOGRAFÍA SOBRE EL DEBATIDO TEMA DE LA PROTECCIÓN SOLAR: