Todo el mundo ha oído hablar hoy en día de las grasas “trans”o grasas hidrogenadas. Y es que, en la industria alimentaria, cuando se fabrican ciertos alimentos, es necesario utilizar aceites.
Ocurre que los aceites de oliva, de girasol, o de otras semillas, son líquidos a temperatura ambiente. Y eso para la industria es un problema, porque lo que necesita son grasas sólidas. Son mucho más útiles, alargan la vida de los alimentos (y seguramente más baratas también, claro).
Para conseguir que los aceites vegetales líquidos se transformen en grasas sólidas se lleva a cabo una reacción química, la hidrogenación. Cuando los aceites se hidrogenan se modifican sus cualidades. Es verdad que así son muchísimo más estables y no se estropean con tanta facilidad, pero se convierten en grasas saturadas, tan nocivas como las grasas saturadas de origen animal y que suelen contenerse en alimentos como: margarinas, bollería industrial (magdalenas, bollos…), patatas fritas, galletas de todo tipo, biscotes, alimentos precocinados (canelones, lasañas, croquetas…),etc.
La FDA (agencia americana para la administración de drogas y alimentos) señala desde el 2013 los aceites vegetales hidrogenados como “no seguros” debido a su correlación con un mayor riesgo de cardiopatías coronarias y exige por ello en la actualidad su descripción en las etiquetas alimentarias con la esperanza de que esta medida reduzca las enfermedades cardiovasculares y prevenga la incidencia de ataques cardíacos.
Sin embargo, pocos de nosotros nos planteamos que el uso de “aceites refinados” en nuestra cocina y en la elaboración de cremas y productos de cosmética natural también puede ser “insano” y causar reactividad e intolerancias a la hora de elaborar nuestros productos de cosmética natural.
“El aceite de girasol virgen extra tiene un sabor más intenso y agradable que el refinado y además no es tan oxidable a altas temperaturas como el segundo, que en frituras se convierte en un elemento muy dañino para la salud de las personas”. https://planetaceite.com/
Así, es posible encontrar en el mercado un aceite de argán refinado e inodoro; en este caso, se ha sometido a un tratamiento con vapor, conocido como vaporización, y se caracteriza por tener un color muy pálido, muy parecido al del aceite de almendras. Este proceso modifica, claro está, las características del aceite y mengua sus virtudes.
Según planeta-aceite: “Las propiedades nutricionales del aceite de argán son superiores al aceite de oliva, ya que contiene un porcentaje más alto de ácido linoleico y mucha más vitamina E. Eso sí, este aceite no debe ser calentado o se perderían sus propiedades”.
Por tanto, los aceites de argán refinados, como el de Naissance, por ejemplo, tienen mejores precios, pero aportan escasas propiedades a nuestros productos.
Y lo que es importante en aceites como los de argán, es crucial en aceites como el de ricino (o castor en inglés) cuyas propiedades antibacterianas y antifúngicas naturales (que posibilitan su uso a la hora de tratar costras, cicatrices y manchas de la piel) quedan mermadas o destruidas tras el proceso de refinamiento por calentamiento.
Según el marco conceptual “slow” de nuestro blog, que hunde sus raíces en la cosmética ayurvédica, los ingredientes que utilizamos para elaborar nuestras recetas son mejores cuanto menos químicos y conservantes incluyamos.
A veces, si no queremos mantener nuestros productos en el refrigerador, es imposible no incluir conservantes en algunas preparaciones. Sin embargo, si éste es el caso, nuestra filosofía será siempre la de evitar los conservantes, fragancias y aceites que no sean de origen natural y puedan causarnos algún tipo de reactividad y, en cualquier caso, una menor biodisponibilidad de nuestro producto.
Y es que la cosmética natural no sólo es una cuestión de cuidado y salud personal, sino también de equilibrio medioambiental. Los productos que para nosotr@s son tóxicos también lo son, por lo general, para la vida acuática o utilizan ingredientes cuyos métodos de extracción tienen muy poco de sostenibles.
*La cosmética ayurvédica, tal y como ha sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud, sólo utiliza productos de origen natural sin químicos ni conservantes. Básicamente, utilizan ingredientes de la naturaleza (plantas, flores, frutas, aceites…) que, por ser similares a los ácidos grasos que genera nuestro cuerpo, obtienen unos resultados más eficaces, además de cuidar del medio ambiente.
EN COSMÉTICA NATURAL, los aceites y mantecas vegetales son la base de todo debido a las vitaminas de todo tipo (A, D, E, K…) que aportan a nuestra piel y; en especial, por su aporte de vitamina E, que tiene un efecto antioxidante (anti-edad) a nivel celular, y regulador de la capa lipídica de la piel.
Lamentablemente, la mayoría de aceites refinados utilizados en cosmética natural, y a este proceso tampoco escapan los aceites comestibles (sólo escapan aquellos pocos aceites orgánicos prensados en frío), se extraen a través de un proceso de extracción que incluye disolventes como el hexano*.
Hexano – Wikipedia: El hexano o n-hexano es un hidrocarburo alifático alcano con seis átomos de carbono. Su forma química es C₆H₁₄. Es un líquido incoloro con un olor parecido al del petróleo. El hexano es utilizado como disolvente para algunas pinturas y procesos químicos y para quitar etiquetas de precios ya que disuelve el pegamento con que se adhieren. También fue muy utilizado en la industria del calzado y la marroquinería.
El proceso de obtención de los aceites refinados.
Según Wikipedia el refinado del aceite es un proceso que persigue los siguientes objetivos:
–Eliminar los ácidos grasos libres, los cuales provocan el deterioro del producto final por hidrólisis. Se realiza por neutralización con lejía sódica o físicamente por destilación.
–Eliminar los fosfolípidos, también llamados gomas. Se produce el aglomerado de los mismos añadiendo un ácido débil, y después se pueden arrastrar fácilmente con agua.
–Eliminar los compuestos volátiles, los cuales generan mal olor y sabor. Se realiza mediante destilación a vacío y arrastre con vapor (striping).
–Eliminar otros contaminantes, como metales o pigmentos, mediante la adición de tierras decolorantes y/o carbón activo.
Es decir, el refinado del aceite persigue obtener un producto comestible más barato (dado que con la extracción y el proceso de refinamiento el rendimiento de las semillas oleaginosas es mayor) y con las características deseadas por los consumidores, como sabor y olor suaves, aspecto limpio, color claro, estabilidad frente a la oxidación e idoneidad para freír.
Este proceso de refinamiento aparece descrito de la siguiente manera en diversas fuentes consultadas como: http://www.fao.org/ Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación.
Limpiado de las semillas y extracción del aceite: Las semillas oleaginosas generalmente se limpian de sustancias extrañas antes de ser descortezadas. Las semillas se muelen para reducir su tamaño y se cuecen con vapor, y el aceite se extrae mediante un torno o una presa hidráulica. La torta de la prensa se desprende en escamas para la posterior extracción de las grasas residuales con disolventes, como el hexano «de uso alimentario».
Después de la esterilización, se extrae la pulpa (digestión) antes de someterla a presión mecánica a menudo en una prensa de torno. Las semillas oleaginosas se extraen de la torta de prensado y se vuelven a elaborar para obtener el aceite.
El método clásico de refinado alcalino comprende normalmente las siguientes etapas:
1a etapa: Desgomado con agua para eliminar los fosfolípidos fácilmente hidratables y los metales.
2a etapa: Adición de pequeñas cantidades de ácido fosfórico o cítrico para convertir los restantes fosfolípidos no hidratables (sales de Ca, Mg) en fosfolípidos hidratables.
3a etapa: Neutralización de los ácidos grasos libres con un ligero exceso de solución de hidróxido sódico, seguida de la eliminación por lavado de los jabones y de los fosfolípidos hidratados.
4a etapa: Blanqueo con tierras minerales naturales o activadas con ácido para adsorber los compuestos coloreados y para descomponer los hidroperóxidos.
5a etapa: Desodorización para eliminar los compuestos volátiles, principalmente aldehídos y cetonas, con bajos umbrales de detección por el gusto y el olfato. La desodorización es fundamentalmente un proceso de destilación con vapor que se lleva a cabo a bajas presiones (2-6 mbares) y elevadas temperaturas (180-220 °C).
En algunos aceites, como el de girasol o el de salvado de arroz, se obtiene un producto claro de mesa mediante una etapa de eliminación de las ceras o de cristalización de los ésteres de ceras a baja temperatura, seguida de una filtración o centrifugación.
EL PROCESO DE OBTENCIÓN DE LOS ACEITES PRENSADOS EN FRÍO
El proceso de prensado en frío para la extracción de aceite comienza con la elección de las semillas (por ejemplo, de girasol, lino, cáñamo, colza o sésamo, entre otros). Con el prensado en frío se obtiene menos aceite que con otros métodos, por eso es un proceso que solo usan pequeñas empresas especializadas. Los grandes fabricantes de aceite vegetal suelen usar disolventes y prensas de gran presión y velocidad, por lo que producen mucho más pero también generan más calor, oscureciendo el aceite y disminuyendo su aroma y su valor nutritivo.
Las semillas, con cáscara incluida, pasan por una prensa de baja presión cuya temperatura interior se mantiene por debajo de los 40 grados centígrados (de ahí el nombre de prensado en frío). El operador de la prensa debe controlar y ajustar cuidadosamente la velocidad, la presión y la temperatura. Mantener una prensa fría no es tarea fácil debido al calor que generan las semillas al ser aplastadas. El mecanismo de presión está formado por varias secciones y se puede acortar o alargar según el tipo de semillas que pasen por la prensa. Los residuos de las semillas se venderán más tarde para elaborar comida para animales.
En este momento es fundamental controlar la temperatura, ya que si las semillas están demasiado calientes significa que se está acumulando calor y se debe abrir más la salida para reducir la presión en el interior. Una vez que se ha extraído el aceite, se bombea a través de un sistema de filtración. El uso de filtros de tela permite el paso del aceite, pero impide que se cuelen restos de semillas. El aceite pasa a través de los filtros varias veces hasta que obtiene un color claro. Para dominar el arte del prensado en frío hace falta mucha experiencia, pero el resultado es un aceite mucho más sano.
Básicamente un aceite prensado en frío es un aceite que en el momento de su extracción no se somete a más de 70 grados centígrados, esto hace que conserve todas las propiedades biológicas que tenía en su forma original de fruto o semilla, puesto que a partir de esta temperatura los aceites comienzan a perder sus propiedades, empezando por los antioxidantes, esto conlleva a que a los aceites convencionales prensados a altas temperaturas se les tenga que añadir antioxidantes químicos, los cuales son normalmente a base de petróleo (petrolatos), esto genera en primer lugar que el aceite no sea puro y en segundo lugar que consumamos un producto perjudicial para nuestra salud.
Si además nuestro aceite es extra virgen, eso significa que ha sido extraído a partir de la primera extracción de la materia prima, como resultado obtenemos aceite de la más alta calidad tanto en nutrientes como en sabor. Cuando el restante de la primera extracción se vuelve a prensar, éste aceite es llamado de segunda prensa, siendo de calidad media.
En este orden de ideas, entendiendo que el aceite es la esencia más pura de un fruto o una semilla, siendo un elemento fundamental para el buen funcionamiento del cuerpo y del cerebro (ya que prácticamente el 50% de todas las células de nuestro cuerpo son grasas y/o aceites), deberíamos poner más cuidado en la calidad de las grasas que estamos incluyendo en nuestra dieta, y en nuestra piel.
Como sabéis, es una máxima en cosmética natural el no utilizar aceites e ingredientes de origen natural que no sean susceptibles de ser ingeridos.
Esta consideración es especialmente importante en lo que respecta al aceite de ricino. Como antes adelantábamos, el aceite de ricino natural posee unas cualidades antibacterianas y antifúngicas difíciles de preservar con el proceso de refinamiento.
EL ACEITE DE RICINO, mejor prensado en frío si lo queremos utilizar en cosmética natural.
“El aceite de ricino, en muchas ocasiones mal traducido como aceite de castor por su denominación en inglés (castor oil), se obtiene a partir de las semillas de la planta Ricinus communis, que contienen aproximadamente un 40-50% de su peso del aceite. El aceite a su vez contiene el 70-77% de los triglicéridos del ácido ricinoleico. A diferencia de las propias semillas, no es tóxico”. Wikipedia
“Es muchas veces mencionado como tóxico, debido a que la semilla cruda si lo es, y bastante de hecho, ya que la ricina es una de las sustancias más tóxicas que hay en la naturaleza. Pero el consumo de aceite de ricino no reviste peligro, sino todo lo contrario. La concentración de toxina es ínfima por lo cual en un uso habitual no reviste problema alguno. Así y todo, una sobredosis podría acarrear problemas digestivos sobre todo como cólicos, diarrea y náuseas”. Fuente: ecocosas.com
“Desde tiempos faraónicos se utiliza la planta de ricino con fines medicinales. La aplicación más conocida es como purgante. Una dosis típica contiene entre 10 y 30 ml de aceite de ricino. El efecto se basa, por una parte, en la acumulación de agua en el intestino y, por otra, en la irritación de las mucosidades, que acelera el vaciado del sistema intestinal. Como efecto secundario, se inhibe la asimilación de sodio y agua, además de las vitaminas lipofílicas del intestino. En dosis elevadas se pueden producir náuseas, vómitos, cólicos y diarrea aguda, lo cual ha hecho que este aceite haya sido usado como herramienta de castigo y tortura (sumado a su desagradable sabor). Además, se ha descrito la aplicación del aceite de ricino en mezclas para inducir el parto.
Asimismo, el aceite de ricino es un producto que forma parte de la fabricación de plásticos, lacas, pinturas, lubricantes y cosméticos. También se suele usar en cosmética para alargar las pestañas”. Fuente wikipedia
Lógicamente, este uso sólo es interesante y efectivo con un aceite orgánico de calidad prensado en frío.
El aceite de ricino, cuando su proceso de refinado es ecológico o por presión en frío, tiene una serie de interesantes propiedades cosméticas para la salud de la piel:
-Resulta adecuado para el tratamiento de las pieles grasas y con tendencia acneica por su elevado contenido en ácido ricinoleico y su capacidad para regular la capa lipídica de la piel.
-Es anti-edad por su elevado contenido en vitamina E y antioxidantes naturales de los que se dice que activan la producción de colágeno y elastina cutáneas.
-Es antiestrías e hidrata y regenera todo tipo de pieles, también las pieles sensibles y reactivas.
–Favorece el crecimiento y el grosor de cabello, pestañas y cejas.
-Sus propiedades antiinflamatorias y antibacterianas lo hacen muy útil para combatir el acné, remediar los orzuelos y mitigar los síntomas de la artritis.
–Mejora el drenaje linfático favoreciendo la circulación de fluidos; es por ello que se utiliza con frecuencia en masajes corporales y como aceite portador de extractos vegetales y aceites esenciales.
PROCESO DE OBTENCIÓN DEL ACEITE DE RICINO POR PRENSADO EN FRÍO
De las semillas sin cáscara de Ricinus communis L. (semillas de ricino), que tienen un contenido de aceite del 40-50%, se puede obtener aceite de ricino mediante un proceso mecánico de prensado en frío. Aunque la calidad del aceite de ricino prensado en frío es mejor, también es posible utilizar un método de prensado en caliente, lo que aumenta ventajosamente el grado de extracción*.
EL PROCESO EN CALIENTE suele utilizar un disolvente, el hexano, para favorecer la extracción, y como antes adelantábamos, aunque tras su refinado el aceite también se utiliza con fines medicinales, no es posible garantizar el mismo nivel de calidad terapéutica.
*En el proceso en caliente, los granos se calientan antes de ser prensados y luego se introducen en una prensa de tornillo, lo que da como resultado aceite crudo y torta de prensa de ricino. La ricina tóxica no permanece en el aceite, sino en la torta prensada, lo que hace que el aceite también sea biodisponible.
Esperamos que este artículo os haya servido para entender mejor los diferentes procesos de extracción y refinado de los aceites vegetales y la importancia de exigir, como consumidores, mejores y más ecológicos métodos de extracción y refinado que nos eviten problemas de salud y de piel a las personas y a la vida en el planeta.
Gracias por leernos 😊