Con un hidrolato o infusión y una manteca también podemos preparar una crema base con buena penetración si utilizamos un auto emulsionante como la lecitina de soja.
Al igual que la crema basada en manteca de karité y aceite de rosa mosqueta de la que hablábamos en una entrada anterior, esta crema puede constituir otro de nuestros básicos de higiene diaria.
INGREDIENTES:
-Manteca de Karité (Butyrospermum Parkii Butter): Esta manteca, procedente del árbol africano del karité, contiene vitamina A y E, ambas mejoran la regeneración de las células de la piel, además contiene ácido cinámico que es el responsable de la protección que esta manteca proporciona frente a la radiación ultravioleta.
–Hidrolato de lavanda (Lavanda angustifolia): Cuando hacemos una crema natural casera recomendamos usar un hidrolato, como parte acuosa, para mejorar la textura y la capacidad de penetración de la crema. En el caso de esta crema base hemos escogido la lavanda por su capacidad regenerante y de adaptación a todo tipo de pieles.
-Lecitina de soja: Es un emulsionante natural con un alto contenido de vitamina E que enriquece esta crema y la estabiliza pues al incorporar un hidrolato es necesario que la emulsionemos para que todos los componentes logren integrarse.
-Aceite de Burití (Mauritia flexuosa): Este aceite es muy rico en carotenoides (principalmente en Betacaroteno) y también en ácido oleico y en alfa tocoferol. Hemos escogido este aceite para dotar a nuestra crema base diaria de cualidades fotoprotectoras biológicas.
Por ejemplo, para preparar 100 gramos de protector pondríamos:
50 gramos de manteca de karité
25 ml de aceite de burití
25 ml de hidrolato de lavanda
1 cucharada de 10 grs de lecitina de soja
Adicionalmente añadiremos unos 5ml de AE de lavanda, por ejemplo y, también, unos 5ml de algún conservante como el ESP pues, como sabemos, este tipo de recetas que contienen agua corren riesgo de enmohecerse rápido sin el conservante.
PROCEDIMIENTO:
Poned primero al baño maría y fuego suave la lecitina con el hidrolato y removed enérgicamente hasta obtener una emulsión espesa.
Luego, agregadle el aceite de burití y la manteca, previamente derretida también, sin dejar de remover.
Será necesario batirlo todo muy bien a baja velocidad para que se integre y homogeneice pues al llevar un hidrolato, esta mezcla, por una parte, es más hidratante, pero, por otra, cuesta más de integrar. Si preferís una crema más fluida podéis aumentar las cantidades de aceite de burití o de hidrolato de lavanda.
Cuando la mezcla haya espesado, la retiraremos del fuego y la dejaremos reposar a temperatura ambiente. Envasaremos en un recipiente a ser posible de vidrio para que se conserve mejor. Si no le hemos añadido ningún agente conservante, será necesario que la mantengamos en el refrigerador.
Como veis, resulta una manteca con un aroma delicioso, una textura muy agradable y gran capacidad de penetración.
¡Esperamos que os haya gustado nuestra receta y que nos hagáis algún comentario si os decidís a elaborarla!